RECETAS RICAS, SANITAS Y FÁCILES DE PREPARAR

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Me hice vegetariano el año 1997, luego de leer una parte en especial de un libro que recomiendo mucho: Ami, El Niño de las Estrellas. Tenía entonces  18 años y, literalmente, fue de un día para otro, un cambio drástico que agradezco mucho porque la verdad es que no me costó tanto.

Era bien carnívoro y aún así se me hizo fácil hacer la transición. Mi madre dice que al empezar por este camino alimenticio empecé a tener positivos cambios en mi personalidad también, que seguramente ella agradeció en su beneficio jejeje. Al principio comía lo mismo que se cocinaba en casa pero sin la carne…sólo el arroz, sólo los fideos, o sólo el puré, y no era bueno para las ensaladas, así que era bien pobre mi alimentación en un principio.

Por suerte desde chico me atraía cocinar postres como todo niño. Pero sucedió algo que empieza a pasarles a muchos que deciden hacer este tipo de cambios: con el tiempo y la necesidad aprendemos a cocinar con lo que tengamos a mano. Siempre es posible hacer algo incluso con el refri casi pelado. Una zanahoria puede transformarse en una rica mayonesa o algunas pocas verduras pueden convertirse en unas maravillosas hamburguesas. Y a diferencia de lo que muchos creen, alimentarse sin carne te abre un maravilloso mundo de interminables posibilidades para cocinar. Es que hasta con una simple papa puedes hacer tantas cosas diferentes, que SIEMPRE podrás preparar recetas muy ricas y fáciles.

He pasado por diferentes etapas y creo que eso me ha servido para entender también a las personas.

Tuve mi época fanática donde me costaba tolerar un poco a quienes comían carne, fui vegano, crudivegano, vegetariano, incluso por ahí por el 2005 volví a comer carne porque me sentía débil y creía que era por no comerla. La verdad que hoy en día no me interesa clasificarme de alguna manera, pero sólo para comunicarlo, podría decir que soy ovolactovegetariano, y también si soy sincero, caigo en tentaciones que me gustaría no caer como comer pasteles, tortas y otros productos de panadería que sé que podrían tener algunos ingredientes derivados de animales. Sé que no debería comerlos por convicción pero también he aprendido a ser flexible y no reprimirme cuando existe ese deseo. Siento que no es sano ser así con uno mismo. Lo que sí no volvería a hacer, y espero que así sea, es volver a comer carne. Porque además, hoy en día hay TANTAS nuevas posibilidades de hamburguesas, vienesas, chorizos, en formato vegetariano que para qué hacerlo.

Mi aprendizaje ha sido básicamente en la cocina misma. Me gusta mucho cocinar y me llama la atención que lo típico que uno cocina en el día a día es, muchas veces, una verdadera y rica sorpresa que nunca se hubieran imaginado los amigos o familiares que a veces nos visitan y comen con nosotros.

Me encanta improvisar y hacer cosas nuevas, a veces resultan y a veces no.

He tomado talleres de cocina donde también he aprendido mucho, por ejemplo un Máster en Cocina Vegana con Luis García Vegan y el Curso para Vegetarianos muy Verdes de Ana Moreno. En ANJALI YOGA he impartido también muchos talleres de cocina vegetariana, presenciales y virtuales, que han sido hermosos y donde lo hemos pasado muy bien y, sobre todo, en los presenciales hemos comido hasta quedar con el ombligo afuera.

No podría dejar de mencionar los casi 10 años vividos en Monasterios de Yoga Vaisnavas, más popularmente conocidos como Hare Krishna, donde me sumergí en una bella época de vida espiritual y pude aprender en la práctica diaria y a través de la Filosofía Védica, de cuán importante para el cultivo del alma es también el considerar el alimento como una ofrenda sagrada que nutre nuestra existencia y que nos ayuda en nuestra evolución humana y espiritual.

De allí el hecho que los Hare Krishna practiquen el vegetarianismo como un hábito normal y que los alimentos que preparan, antes de comerlos, los ofrecen en el altar con mantras y oraciones. Allí cociné casi a diario comida típica de India con recetas maravillosas, descubrí el poder culinario y medicinal de los condimentos y también cociné para grandes festivales donde asistían gran número de personas.

Han pasado poco más de 25 años desde aquel día donde mi vida tomó un nuevo rumbo que agradezco mucho porque, más allá de cambiar sólo un hábito alimenticio, fue una decisión que marcó un camino personal.

Primero, porque pude tomar consciencia de que los animales son seres que sienten y que es bonito cuidarlos; segundo porque con los años me voy dando cuenta que mi salud es muy buena y que esto tiene directa relación con lo saludable que ha sido, en general, mi alimentación (y también por la práctica constante de Yoga); y tercero porque ahora puedo legarle a mi hija Mádhavi, de 7 años, esta forma de alimentación, ya que ella es vegetariana desde la guatita de su mamá que también es vegetariana, y aunque sé que más adelante tomará sus propias decisiones, al menos en su más tierna infancia ha tenido una alimentación enormemente variada, rica y muy saludable, que ella misma nos agradece y disfruta espontáneamente.

Sin quererlo casi, se ha manifestado un camino que surgió sólo por leer un lindo libro y que me gusta mucho poder compartirlo también con quienes tienen el bichito de aprender nuevas recetas, de comer más sano o de incursionar en la cocina vegetariana. Así que si eres una de aquellas personas y quieres aprender cosas nuevas, tal vez llegó el momento de que nos conozcamos. Lo único que tienes que hacer para que logres el cambio es aprender a cocinar muy rico y fácil, lo demás se dará solito.

Me encanta conocer sitios alejados o trabajar con Juntas de Vecinos así que si quieres que hagamos un taller de cocina en tu comunidad o una jornada de autocuidado que además incluya, por ejemplo, una sanadora clase de yoga para todos ustedes, pongámonos en contacto y organicemos algo bonito. Espero que pronto nos conozcamos 🙂

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